Descripción
La figura del Cristo de la Cigarrera es una pieza destacada en la imaginería cofrade de Sevilla, representando a Jesús Atado a la Columna, un momento de la Pasión que refleja el sufrimiento y la dignidad del Salvador. Esta imagen fue creada por el escultor Francisco Buiza en 1974, quien la talló en madera de pino de Flandes y la policromó con gran detalle, capturando la esencia del dolor y la serenidad de Cristo en ese instante crucial.
La Hermandad de las Cigarreras, fundada en 1563, es la encargada de su veneración y procesión cada Jueves Santo en Sevilla. El paso de misterio que acompaña al Cristo de la Cigarrera está compuesto por varias figuras secundarias, incluyendo soldados romanos y un centurión, todas ellas realizadas por el escultor José Antonio Navarro Arteaga entre 1997 y 2003. El paso es de estilo neobarroco y está ricamente dorado, con faldones de terciopelo morado y bordados en oro que representan las Armas Reales y la Sagrada Columna.
La figura del Cristo de la Cigarrera ha sido objeto de restauraciones para preservar su estado, siendo la más reciente realizada por Enrique Gutiérrez Carrasquilla entre 2005 y 2006. Esta intervención incluyó la revisión de sus ensambles y una limpieza superficial de la policromía, asegurando su conservación para las futuras generaciones de devotos.
Además de su presencia en el paso procesional, la imagen del Cristo de la Cigarrera ha sido reproducida en diversas versiones artesanales para su veneración en domicilios particulares y colecciones. Estas figuras están disponibles en diferentes tamaños y acabados, permitiendo a los cofrades llevar un pedazo de la devoción sevillana a sus hogares.
La figura del Cristo de la Cigarrera no solo es una representación artística, sino también un símbolo de la fe y la tradición cofrade de Sevilla. Su presencia en altares y vitrinas sirve como recordatorio del sacrificio de Cristo y como fuente de inspiración para la meditación y la oración durante la Semana Santa.